En todo caso, a partir de una pequeña cantidad de sus hojas o en decocción, puede provocar náuseas, vértigos y mareos, a veces incluso delirios, y también vómitos y diarreas, a la vez que, poco a poco, el pulso cada vez va más lento y, por último, se produce una fibrilación cardíaca mortal. Sin embargo, como sucede casi siempre con los productos naturales, el mal, si se emplea correctamente, puede también hacer el bien.
Actualmente, ya nada pone en duda la virtudes benévolas, salvadoras y estimulantes de la digitalina, principal constituyente químico activo en esta flor, que fue descubierto en el siglo XIX, pero del que nuestros antepasados apreciaban ya los beneficios desde tiempos inmemoriales; puesto que el hombre siempre ha tenido el corazón enfermo. Consecuentemente, la digital ocupa un lugar importante en las consultas de las farmacias fitoterapéuticas.
Digitalis purpurea es el producto homeopático para las afecciones cardíacas. En cuanto a la digitalina, los médicos alópatas la prescriben para disminuir el ritmo cardíaco, reducir la tensión arterial y aumentar el tiempo entre los latidos del corazón.
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