(Erythraea Centaurum)
Mezclando el jugo de Centaurea con la sangre de Abubilla y vertiendo la mezcla en el aceite de una lámpara, las personas iluminadas por esta luz se verán con la cabeza en los cielos y los pies en la tierra.
Poniendo esta misma mezcla al fuego en una noche estrellada, se verán las estrellas entrechocando unas con otras.
Haciendo oler esta mezcla a un hombre, éste huirá presa de un gran temor.
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