sábado, 4 de diciembre de 2010

Salvia

plantas magicas
Como el origen etimológico de su nombre indica, la salvia —del latín salvia, derivado de salvus que también ha dado «salvar»— ayuda a «estar bien de salud». ¿Significa eso que aquél que beba infusiones de salvia con regularidad está salvado? Podríamos pensarlo si nos atenemos a lo que decían los hombres de la Edad Media: «¿Por qué muere el hombre en cuyo jardín crece la salvia?». Sin embargo, al mirarla, nadie lo diría. En efecto, su largo tallo un tanto seco está jalonado de ramas provistas de hojas ovaladas, gruesas, un poco vellosas, con flores violetas en espiga. En Egipto, en Grecia, así como en Roma, desde la más alta Antigüedad, la salvia se consideraba una planta sagrada de virtudes medicinales y salvadoras; ahora nos preguntamos por qué ha caído en desuso su reputación.
En efecto, actualmente sabemos que la salvia contiene un aceite esencial, rico en componentes, principios y sustancias de gran eficacia terapéutica. Ya en el siglo XII, Hildegarda de Bingen alababa las virtudes del vino de salvia: «Si alguien tiene la nariz o la garganta muy tapada con muco-sidades o tiene mal aliento, debe cocer salvia ^n vino, debe filtrarla a través de un trozo de tela y debe bebería a menudo, y los malos humcfres y las mucosida-des disminuirán». La salvia posee muchas propiedades, como las de ser antiséptica, cicatrizante, calmar los trastornos nerviosos, los espasmos y combatir los estados depresivos, la fiebre, etc. Hay quien asegura que fumar hojas secas de salvia en una pipa tiene efectos prodigiosos para las crisis de asma o las bronquitis crónicas.
Poned la Salvia en un recipiente de vidrio y sepultadlo bajo el estiércol. Dará origen a un gusano cuya sangre, si toca a un hombre, le hará perder el sentido durante quince días.
Este mismo gusano, quemado y arrojado al fuego, hace aparecer el arco iris y tronar con el cielo sereno.

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